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domingo, 10 de junio de 2012

¿Tiene arreglo la Justicia?

Aquellas personas que trabajamos día tras días en este difícil ruedo coincidimos en que es necesario nuevas mejoras y ajustes. Jueces, fiscales, abogados, procuradores, secretarios y funcionarios somos conscientes que de cara a la ciudadanía las cosas se pueden hacer aún mejor. Estamos unidos en la lucha diaria por hacer ver a Poder Ejecutivo y Legislativo que no debe escatimarse en esfuerzos y recursos. En tiempos de crisis, deben doblegarse los esfuerzos, por tratar de lograr entre todos una Justicia moderna, adecuada a los tiempos, a las nuevas tecnologías, ágil y acorde con un país civilizado y desarrollado como el nuestro. Las continuas quejas de los ciudadanos deben ser oídas, es vital que éstas no caigan en saco roto. Todo este proceso ya ha sido iniciado con la implementación de la Nueva Oficina Judicial; sin embargo, aún seguimos conservando viejos miedos, automatismos y deficiencias del pasado. Estamos de acuerdo en que nuestra Justicia, al igual que otros sistemas similares al nuestro, incurre en demasiados formalismos, una burocracia “pesada” y “lenta” que no permite a los actores principales de la obra moverse con total libertad. Todos estos actores se hallan constreñidos en un sistema excesivamente rígido, sin embargo, poco a poco se están levantando los cimiento que algún día permitirán a esta país gozar de una Justicia ágil, eficaz, eficiente, responsable y comprometida con el destinatario último del servicio, el ciudadano. Como indicábamos anteriormente, la Nueva Oficina Judicial orquestada en dos órganos (Unidad Procesal de apoyo directo y Servicio Común Procesal) se marca dos objetivos claros: evitar atomización, y concentrar y racionalizar los recursos tanto humanos como materiales. Queda claro cuál es la misión que se pretende alcanzar con este nuevo sistema, sin embargo, el transcurso de los años esta evidenciando que algo no acaba de funcionar correctamente. Como buen ejemplo de ello, nos encontramos con la aplicación electrónica LEXNET, medio que permite la presentación segura telemáticamente de escritos y documentos, así como el traslado de copias y la práctica de actos de comunicación; todo ello bajo las garantías de autenticación, confidencialidad, integridad, no repudio y sellado de tiempo. Se trata de una herramienta especialmente útil, y sobre todo, ágil y eficaz. Pero no deja de ser menos cierto, que toda herramienta para su correcta implementación, necesita de una serie de recursos, necesita de la aceptación y aprobación por parte de las personas que se encargaran de aplicarlo, así como de un cierto grado de respaldo por parte de los poderes públicos. A día de hoy, siguen existiendo contrapesos y frenos que impiden la perfecta aplicación del sistema. Y al igual que con Lexnet, podemos ser testigos de muchos otros ejemplos. Herramientas que en sí mismas son verdaderamente útiles y eficaces, pero que sin los correctos engranajes no puede funcionar al 100%, impidiendo así llegar a lograr tener una Administración de Justicia integral, en definitiva, bien valorada por la ciudadanía. En definitiva, todas aquellas mejores que se implanten en la Justicia española deben contar con el apoyo y respaldo de todos los agentes implicados; insistiendo en que dichas mejoras no sólo redundan en la propia Justicia, sino que también son un importante beneficio para todos los actores de esta gran Comunidad. José Luis Calderón. Letrado Despacho de Illescas.

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